Discursos del Estado, fieles a los principios de propaganda nazi
Por Benjamín Paredes Tope
Joseph Goebbels, en 1933, estableció los principios de la propaganda nazi desde el Ministerio de Educación Popular y Propaganda, creado por Adolf Hitler. Goebbels concibió una serie de mensajes que fueron transmitidos por los medios masivos de esa época: cine, radio, prensa, literatura y teatro. Existe una relación entre esos principios y los mensajes del Estado.
Por ejemplo, en 2014, el ministro de Gobierno, Carlos Romero, denunció un plan promovido por Carlos Sánchez Berzaín, ex ministro de Gonzalo Sanchez de Lozada, para unir a todos los líderes de la oposición contra el Movimiento Al Socialismo. Este año, el concejal masista, Jorge Silva, reafirmó que el líder de la oposición boliviana es Sánchez Berzaín.
El enemigo único y el contagio, principios de Goebbels, proponen condensar a todos los enemigos bajo una sola imagen y reunir las corrientes adversas bajo una categoría. Fiel a esos preceptos, las declaraciones de Romero y Silva aglutinaron a la oposición para darle un solo rostro, del exhombre fuerte de Sanchez de Lozada.
En enero de 2017, Gabriela Zapata, detenida en el penal de Miraflores, afirmó por la red ATB que mintió sobre un supuesto hijo que tuvo con el Jefe de Estado y que fue utilizada por Doria Medina para dañar la imagen del mandatario. El oficialismo acusó a Medina de “orquestar” la mentira que engañó al pueblo boliviano en el referendo del 21 de febrero de 2016.
La estrategia utilizada por el Gobierno en el caso Zapata sigue el principio de la transposición de Goebbels. Este principio, efectivo para distraer frente a las malas noticias, carga sobre el adversario los errores propios. Responde al ataque con ataque. Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan, sostiene el precepto.
Así mismo, los voceros del Estado repiten incansablemente un pequeño grupo de ideas acompañados por una constante negación de toda responsabilidad ante hechos adversos. Similar al principio de orquestación de la propaganda nazi. De aquí viene la frase: “Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad
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