Clasificar al Mundial no solo depende de los jugadores

Hace 24 años que Bolivia se quedó fuera de los mundiales de fútbol. En 1993, la selección boliviana, dirigida por Xavier Azkargorta, clasificó por última vez a este evento internacional gracias a un histórico empate con Ecuador en el estadio Monumental de Guayaquil. ¿Por qué el fútbol boliviano se fue en picada desde entonces?  Las fallas no están solo en los futbolistas y cuerpo técnico, hay responsabilidad compartida entre el Estado y la dirigencia. 

El Estado invirtió en recintos deportivos sin planificación. Por ejemplo, construyó un estadio para 15.000 espectadores en Chimoré, región con solo 6.000 habitantes. El centro de Alto Rendimiento del municipio de Huarina, financiado por el programa Evo cumple, está en total abandono. Por otro lado, la justicia americana destapó actos de corrupción involucrando a dirigentes de federaciones sudamericanas, entre ellos Carlos Chávez, expresidente de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF).

De seguir así, el fútbol boliviano no mejorará. Los dirigentes seguirán priorizando sus intereses. Las divisiones inferiores, encargadas formación de nuevos valores, seguirán en segundo plano. El Gobierno seguirá despilfarrando en canchas y en infraestructura deportiva que no responden en los aspectos que se requieren para la preparación de jugadores competitivos. Al final de todo, no habrán goles que festejar.