Música sexista, herencia de una sociedad machista

Vivimos en una sociedad históricamente machista. Sobre el género femenino pesan prejuicios y estereotipos que se manifiestan de distintas formas. La publicidad, por ejemplo, utiliza los medios masivos para cosificar a la mujer como si se tratase de una mercadería. En ese sentido, la sexualidad, en cualquier forma de difusión, se convierte en un objeto de consumo. Esto se refleja en el cine, la televisión, el internet y en la música.

Varios estilos musicales nacieron unidos a la temática sexual, contenían un lenguaje y un mensaje no solo sexista sino a veces violento hacia la mujer. La música folclórica, el tango, el rock & roll, el reggaetón, etc., vinieron al mundo con letras relacionadas al amor carnal, la prostitución y la infidelidad, entre otros. En oposición, algunos grupos musicales repudiaron esas tendencias machistas a través de sus canciones.

En 1989, el grupo Los Prisioneros expresó su rechazo a la discriminación de la mujer. El tema musical “Corazones Rojos” fue una clara crítica al machismo chileno. La letra denunció a una sociedad que acepta prácticas sexistas sin cuestionarlas dejando a la mujer como “ciudadana de segunda clase”, como dice la canción. En cambio, en nuestro país, donde algunos músicos prefirieron cantarle a una “cara bonita”, los rechazos al sexismo fueron escasos.